Si acudimos a la definición nos
encontramos con que el empresario es la persona que posee o
dirige una industria, negocio o empresa y el emprendedor es la persona que
emprende con resolución, acciones o empresas innovadoras. Como vemos, aquí comienzan las primeras diferencias.
Llevando esto a la práctica, vamos a
intentar aclarar un poco más esta idea y, por supuesto, siempre teniendo en
cuenta siempre que existen distintos
tipos de emprendedores y de empresarios.
En primer lugar, se entiende al
emprendedor como aquel quien se centra en desarrollar una idea de negocio, pero
no una idea cualquiera, sino, su propia idea, aquella que es producto y fruto
de su ilusión, por lo que, en este sentido, tiene una gran implicación personal. Se trata, por
tanto, de un compromiso
que adquiere consigo mismo .
El empresario,
sin embargo, busca una necesidad en el mercado, busca satisfacer la
necesidad de otros a cambio de una compensación económica. Su objetivo es desarrollar un negocio económicamente
viable. Lo que más valora es la productividad, y la rentabilidad
del negocio.
Sin embargo, el emprendedor no necesariamente busca una recompensa económica, sino,
más bien, busca satisfacer desafíos personales o sociales. Su principal
motivación es la de conseguir sacar adelante su proyecto y dejar huella . Su
lema se basa en “trabaja en lo que te gusta y no tendrás que trabajar
nunca”.
Por otra parte, el empresario es un ‘creador’, un
‘hacedor’ y un ‘administrador’ de proyectos. Por lo tanto, contrata trabajadores, dirige un equipo de
profesionales y delega responsabilidades y, mientras, se centra en controlar
los resultados.
Por
el contrario, el emprendedor no cuenta con una gran estructura, él suele asumir
todas las funciones y responsabilidades. Los modelos de trabajo suelen ser el
coworking o hot desk.
Por su parte, el empresario tiene como
objetivo desarrollar un negocio cada vez más representativo y sólido. Como
resultado, su actitud se centra en elaborar estrategias de crecimiento y
expansión, así como en tomar decisiones que sigan mejorando la rentabilidad de
la compañía. Los empresarios cuentan experiencia en los negocios y, por tanto,
diseñan sus estrategias de forma que pueden adelantarse a los problemas.
No
obstante, y pese a las diferencias que existen entre emprendedor y empresario,
ambos se necesitan. Y es que el emprendedor es pieza clave para lanzar una idea
y convertirla en viable, mientras que el empresario es fundamental para su
crecimiento y sostenibilidad en el mercado.
En general, podemos
deducir que el emprendedor sostiene una actitud dirigida hacia la innovación, hacia
la creatividad y que se mueve en un entorno desconocido, de investigación,
dirigido a encontrar nuevos mercados, nuevos nichos y nuevas ideas y por tanto,
ha de ser más intrépido y más arriesgado.
Ahora bien, ¿cuándo termina la función
del emprendedor para comenzar la del empresario?
La función del empresario
comenzará en el momento que atienda a un mercado ya conocido, probado,
desarrollado y consolidado y, por lo tanto, con mucho menos riesgo.
Para concluir, me gustaría señalar que,
aunque si bien es cierto que el empresario se mueve en un entorno estructurado
y estable, y, por otro lado, el emprendedor suele lanzarse al mercado en un
terreno desconocido, no caigamos en el error de interpretar que un empresario
no puede ser un emprendedor puesto que esta idea está muy lejos de la realidad.
El emprendimiento se basa en la
innovación, y esta parte, es clave en una empresa, y sobre todo, en esta era de
transformación que estamos viviendo. Nuestros hábitos y estilos de vida están
cambiando, y es imprescindible que las empresas se adapten a las nuevas
necesidades generadas por esta sociedad de cambio.
La figura del emprendedor dejará de
ser una elección para convertirse en un requisito indispensable en las
empresas, las cuales habrán de mantener una actitud innovadora y, a su vez, una
cultura emprendedora que le permita destacar en el mercado.
Por
último, para finalizar, señalar también que, este espíritu emprendedor, ya sea
de las grandes empresas, de pequeños empresarios, freelance o meramente
soñadores de su idea pero que la comparten, es el que nos está permitiendo
construir un mundo mejor, es el que está
contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas, el que está desarrollando
avances tecnológicos en los procesos de producción, en la medicina y en la
salud, investigando nuevas técnicas que garanticen la sostenibilidad del planeta,
incorporando nuevas prácticas que, en definitiva, nos faciliten la vida.